sábado, 19 de febrero de 2011

CONTRA LOS POETAS

Contra el estado constitucional es un libro que me está costando mucho (y eso que no he llorado lo suficiente). Conozco la impotencia tanto como mamá conoce a sus hijos, tanto como ella me ha mandado ¿una carta? Y el fracaso, el hueco, el vacío, la ira, la suprema impotencia, son viejos amigos que me persiguen mientras yo camino cada vez más lento.

martes, 15 de febrero de 2011

MANUEL DE VIDAURRE, O EL PRIMER LEGISLADOR

Lo interesante de la obra de Vidaurre es que busca un
derrotero propio… En los años siguientes, no volverá a
reeditarse este esfuerzo tendiente a elaborar un código
original a partir del estudio y recepción de ideas europeas.
Hurtado Pozo

Don Manuel Lorenzo de Vidaurre
Ah, cómo olvidar el apasionado acento que le ponía –y que le sigue poniendo– el profesor Julio Armaza al nombre de don Manuel Lorenzo de Vidaurre y Encalada. Los litros de sangre que se metía al cuerpo para hablarnos de quien, en palabras de Jiménez de Asúa, es el primer momento legislativo en el Perú, sólo se las había visto cuando le escuchaba cantar, cual mozo de dos décadas, El río de Salvatore Adamo, ante la mirada un tanto complaciente de su hermano, el  también catedrático Javier Armaza.

martes, 1 de febrero de 2011

GENEALOGÍA DE CONTRANATURA, EL CÍRCULO (1)

La moral contranatural, es decir, casi todas las morales que han existido,
que han sido enseñadas, veneradas y predicadas hasta ahora,
se aplican precisamente a combatir el instinto de la vida...


Contranatura es un peruano pedaleando su triciclo...
  
2007. En el inicio fue Witman, sí, Witman, el más cortés de los estudiantes que nuestra facultad haya visto (así lo reportan mis sondeos femeninos). Amable entre los amables, Witman y sus cariñosos modales no se han desvanecido, y más cuando el tiempo todo lo adereza, exaltando las virtudes y disminuyendo los defectos. En la facultad, eran pues los tiempos de Joven Futuro e Integración Jurídica, el grupo que forjó a punta de congresos. Chontrilo, el cuasi legendario alias que para siempre se echara al hombro la silueta arqueada de Roberto Chirinos, y cuyas artes para la entretenida conversa y la chacota son inigualables (como lo confirman sus interlocutores cotidianos), animaba frenéticamente partidos de futbol y aún no hacía su ingreso oficial en la arena política de la facultad y, por supuesto, de la universidad.