miércoles, 12 de octubre de 2011

"QUINIENTOS AÑOS DE MESTIZAJE. CONQUISTADOS Y CONQUISTADORES"

Vuelvo a este rinconcito donde sólo me husmean los que bien me quieren, aunque también podría visitarme algún extraño. Pues los voy a premiar. No lo he dicho públicamente y me dan ganas de hacerlo ahora: yo soy alérgico a las faltas ortográficas (soy muy conservador en ese aspecto), y creo que esta alergia no es sino la prueba palmaria de que mi vida será entregada por completa al quehacer editorial. Quiero y me place ser editor. Hasta aquí nomás por el momento, ya habrá ocasión, más adelante, para charlar largo y tendido sobre esta pasión. Ahora les dejo la "presentación" del primer libro que edito (mi primer pinino). Sean ustedes bendecidos (¡y bendecida la mujer mía que talvez por ahí me malquiere en secreto!) con esta primicia. Los que por aquí no se asomen tendrán que esperar al viernes para leerla...


Raros son los libros que dicen lo que usted no quiere oir ni ver. Este es uno de ellos, el mejor de ellos (si se me permite la opinión). Y he ahí su justificación. ¿De qué trata? Pues de lo que siempre hemos evadido y ante lo cual, a lo mucho, encogemos los hombros: de la contextura ética peruana; el resentimiento aquí, allá y más alla. La excusa es perfecta y no hay otra mejor, el “recuerdo” de la conquista española que no queremos revisar, no tanto evitar la fatiga, en tanto por el miedo a reconocer que no fuimos conquistados, sino, creados por un puñado de hombres “malditos”, cuyos valores, nobleza y cojones no tenemos y ya quisiéramos tener..

Así pues, la cuasi absoluta ausencia del resentimiento como un tema de discusión sólo puede ser el síntoma más evidente de que este veneno que destilamos y que vuelve sobre nosotros como un boomerang, es el problema más histórico, más íntimo y más arraigado, que nos tiene engarbados umbilicalmente y al cual están subyugados nuestros demás problemas, ora reales ora imaginarios.

Dentro de la producción valdiviana (si me disculpan la arbitrariedad), Quinientos años de mestizaje es uno de los más preclaros esfuerzos por rumiarnos a nosotros mismos. Este panfleto, saludable y rebosante de libertad, podría equivaler perfectamente a una marcha de protesta (con pancarta en mano y silbato en boca) de Juan Carlos Valdivia Cano: una marcha por las aburridas arterias de la ciudad exigiendo en diversos tonos; imaginación, imaginación, imaginación.

No puedo más que agradecer al autor, profesor y amigo entrañable (de quien he aprendido a escribir estado con minúscula, derecho entre comillas y política en negrita), por la caprichosa oportunidad de trabajar con él y, claro, por permitirme editar a mis anchas este delicioso opúsculo que tanto he celebrado a mis veintipocos años. Vayan también sendas gracias a mis camaradas de vida, quienes de modo directo e indirecto (e incluso sin saberlo) han alentado esta publicación y han participado de su edición. 

Por último, cabe y es necesario dejar constancia de la empeñosa labor ejecutada y de las ingentes cantidades de paciencia invertidas, en aras de ofrecer a los lectores una edición pulcra (sí, como lo lee, pulcra), que, como es bien sabido, no es, para nada, moneda corriente en nuestro medio. Si se nos perdona la carencia de humildad, el presente trabajo supera con creces la edición de tantos otros. Queda pues, amables lectores, cordialmente invitados a no leerlo.

Roger Vilca

lunes, 3 de octubre de 2011

NO HAY QUINTO MALO

El viernes tuvimos la ocasión de presentar, en versión digital, el quinto número de Contranatura, la revista... Ahora queremos lanzarla en pulpa de papel... No la compren!!!