lunes, 24 de enero de 2011

MARIANO H. CORNEJO, un viejo crítico del sistema inquisitorial

Querer buscar la verdad en una declaración escrita, es como querer medir la intensidad de la luz y del calor de una lámpara apagada. Mariano H. Cornejo

Esto de trabajar y estudiar al mismo tiempo, sobre todo trabajar… está arruinando los escasos días de vida que me quedan. Y aunque todavía, a pesar de lo que me enseña el espejo todos los días, no me siento flaco, ojeroso, cansado y sin ilusiones, debo advertir que cada día me parezco más al Perú, a este país que, como ya lo dijera alguien, es como un adolescente que todos los días hace lo mismo y se acuesta deprimido.


Ayer domingo, mientras hacía una tarea, leí con encantado gusto a Mariano H. Cornejo. Para quienes no lo conozcan, Mariano Hilario Cornejo, como a estas alturas ya lo sabe ella con la misma buena gana que yo, fue el insigne Presidente de la Comisión Parlamentaria que antaño formulara el Código de Procedimientos en Materia Criminal, código que entrara en vigencia en 1920 para tener corto aliento, dos décadas… hasta que el ahora viejo Código de Procedimientos Penales de 1940 -que hoy se resiste a morir mientras es aplastado por un rebosante, boyante y risueño Nuevo Código Procesal Penal-, lo reemplazara.

Vaya prosa elegante y pulcra, engolada y altiva. La de don Mariano Cornejo quiero decir. Cualquiera que le lea vería en él, a no creerlo, a uno de los más conspicuos críticos del sistema inquisitorial. Y en él el mérito es mayor por cuanto sus críticas nos vienen desde hace 90 años. Aquí les muestro las primeras líneas de la Exposición de Motivos del Código de Procedimientos en Materia Criminal de 1920 que redactara con motivo de la difusión de dicho código. Cualquiera diría que está describiendo un estado de cosas actualísimo:

La comisión codificadora que tengo la honra de presidir me ha encomendado la delicada misión de exponer los motivos que han determinado sus preferencias en la formación del presente código.
Nadie discute la necesidad de reformar nuestro procedimiento penal. Los principios que lo inspiran (procedimiento escrito, sumario inquisitorial, plenario sujeto a las corruptelas más cínicas del tinterillaje, criterio legal en la forma más automática), resultan en nuestra época verdadera anomalía, fuente de clamorosas injusticias, denunciadas desde largo tiempo por la opinión pública y por notables magistrados, incluyendo entre ellos a uno de los más ilustres miembros del Tribunal Supremo y del foro nacional. Puede decirse que el único principio moderno, aparentemente efectivo en nuestro código, se reduce a la supresión del tormento; pero las condiciones de las cárceles, antros oscuros y húmedos donde se hacinan extrañamente confundidos inocentes y culpables, en doble número del que pueden contener, ha suprimido esa única concesión al espíritu de justicia y humanidad, y ha agravado el martirio de otras épocas, porque su término está fuera de la voluntad del inocente, que ni aún confesándose culpable logra libertarse de la prisión intolerable y homicida. Una reforma que ponga término a este deplorable estado de cosas, reviste los caracteres de la más extremada urgencia.
La comisión ha hecho lo posible por llenar el altísimo cometido de redactar un nuevo código de procedimientos penal, en la medida de sus fuerzas, venciendo todo género de dificultades, y con la idea continuamente presente, de que entre la perfección y la necesidad de realizar la obra en el más breve plazo posible, debía invariablemente optar por el segundo término. Con el mismo criterio esta exposición de motivos ha de limitarse a las explicaciones rigurosamente indispensables, confiando ampliarlas en el debate parlamentario, y reservándose, en caso de aprobación del proyecto, el hacer inmediatamente una edición con el comentario de cada uno de los artículos.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Buena voz por el post,
yo vivo en la calle que lleva su nombre y no tenía idea de quien era
este ilustre peruano.

Gracias.

EL OTRO KELSEN dijo...

Yo había escuchado su nombre miles de veces en boca de mi maestro Julio Armaza, profesor de Derecho Penal en la Facultad de Derecho de la UNSA.

EL OTRO KELSEN dijo...

Yo había escuchado su nombre miles de veces en boca de mi maestro Julio Armaza, profesor de Derecho Penal en la Facultad de Derecho de la UNSA.