lunes, 28 de marzo de 2011

INFORMAR Y OPINAR... (DE PERIÓDICOS Y CONTRABANDOS)

Antes de llegar a la academia (James Joule, disculpen el cherry), para dictar mis clases como de costumbre, me detengo, a pesar de estar apurado, a sobrevolar rápidamente la vista por los diarios "más importantes" de este país, quiero decir, por los diarios que más se venden. Después de este apuradísimo viaje informativo termino muy enojado por el accidentado y tergiversado relieve electoral que me muestran los periódicos.


La guerra no solamente se gana en el frente de batalla, sino también en las imprentas. Es lamentable constatar que los diarios, en cada campaña, se convierten en agitadores "objetivos" de tal o cual candidatura. Cuando esto escribo en las paredes del facebook (donde paso mis días polemizando con varias personas que no conozco), inmediatamente me responden que es imposible la "objetividad", que es "normal" que los diarios apoyen posiciones políticas. Que si me quejo de que Correo se revuelca en el lodo atacando a Ollanta mejor que cualquiera de sus adversarios, me replican que no me preocupe, que me calme, que lo mismo hará La Primera por Ollanta, que estamos mano a mano... Es triste decir que hay reparticiones parejas, que no hay ningún problema, que a ningún candidato le falta su periódico. Con una irritación frontal respondo este argumento tan barato.

Yo entiendo que los medios de comunicación (quienes trabajan allí y quienes dirigen el diario) tengan su candidato, no voy a caer en la ingenuidad de no reconocer eso. Lo que deploro (y es cuando segrego más bilis) es que, por ejemplo, los diarios utilicen nada menos que las portadas para vapulear a unos candidatos al tiempo que elogian o "no tocan" a otros.

Las portadas, a no dudarlo, son los espacios más importantes de un diario, reservados justamente a la información, a la descripción de hechos... Sin embargo, es precisamente a través de ese sacrosanto espacio informativo que nos meten, de contrabando y de la manera más escandalosa, sus posiciones políticas, opinando cual candidato en campaña, ni más ni menos. Y lo hacen, repito, a través de un espacio que tiene que ser reservado para la "información", para la descripción de hechos, y no para los juicios de valor, aprobando a unos y desaprobando a otros.

Si quieren hacerlo, claro que tienen derecho. Pero no ahí, en las portadas. Es legítimo, ¡y hasta decente!, que los medios den a conocer sus animadversiones, su fobias y amores, pero siempre y cuando lo hagan en las editoriales y en las columnas de opinión (que para eso sirven), pero nunca jamás, nunca jamás, en una portada: nunca confudiendo maliciosamente la información con la opinión. Porque cuando eso se hace, el recurso más valioso de un periodista se pierde irremediablemente: la credibilidad. Y un medio de comunicación sin credibilidad, es como una democracia sin ciudadanos.

A tales niveles de corrupción periodística llegan los diarios, que basta asomarse a un kiosko una mañana para constatar, como observara un columnista de Diario 16que El Comercio y Perú 21 apoyan a PPK; que La República está entre Toledo y Ollanta; que Correo le lustra las botas a PPK; que La Razón pierde la razón por Keiko; que La Primera va por Ollanta; que Diario 16 trabaja incansable para Toledo y que Castañeda es caserito de todos salvo de La Primera.

De manera que a los ciudadanos sólo les queda fomentar sus propios espacios de información y opinión, como el Foro Debate que está organizando el Colectivo "Outsider", a realizarse el día jueves 31 de marzo a partir de las 3:45 p. m. Evento en el cual, el que esto suscribe, estará hablando de Política y Juventud a propósito de un artículo que he intitulado "La política en tiempos del facebook".

Quedan invitados.

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